martes, 5 de marzo de 2013

Astronauta...


Mi amado y celestial compañero, me han dicho que has viajado por toda la vía láctea ¿es eso cierto? Dicen que has ido a Júpiter y jugado a las cartas, ¿debería creerlo?  ¡Por supuesto que debería creerlo! tus días en la tierra eran constantes gruñidos de insatisfacción y sueños de ser grande. Has hecho enfadar a Marte, te conozco. Quizá puedas darle mis saludos a Venus, sabes que es mi planeta favorito desde hace mucho que admiro su capacidad de brillar tan ferozmente. Y no te olvides de pasar por Mercurio pero ten cuidado, estando tan cerca del Sol no querrás quemarte. Nunca estuve de acuerdo de que afirmaran que Plutón no era un planeta ¿por qué? La pequeñez no se mide en tamaño y yo siempre creí firmemente que Plutón era mucho más grande de lo que se veía. 

Ahora que estás en el cielo donde perteneces, ¿era todo lo que estabas buscando? ¿Hiciste tu camino a través de la constelación y esperaste para poder observar La Aurora?

¿Te has llevado una chaqueta? Dicen que Urano es muy despiadado y frío. Cariño, yo no conozco camino alguno que lleve al cielo a excepción de ti que has de conocer miles puesto imagino habrás bailado en los anillos de Saturno

Pero cuéntame, mi querido astronauta ¿el espacio es tan intimidante como dicen que es? Aún con todas esas estrellas y planetas ¿te sentiste solo como un satélite? ¿Recuerdas lo bonito de la Tierra? Tu postre favorito, el parque por el que siempre pasabas, tu perro lamiendo tu oreja, el olor de la lluvia o del café, la nieve, la música, el sonido del piano, la risa de los niños... y a mi.

Temo que Neptuno te haya hechizado con su hermosura y sea para ti incluso ahora más difícil volver a pisar suelo firme, ¿se siente bien estando tan alto? ¿No te asusta perder la señal y desconectarte del mundo estando allá arriba o estar dando vueltas a la deriva?


En comparación a ti yo soy una nova, tú en cambio, llevas la palabra ‏«súper» por delante, siempre la llevaste. Dime, ¿te enamoraste de una estrella fugaz? Una sin cicatrices permanentes. Y... ¿me extrañaste mientras te buscabas a ti mismo allá?

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